LEZLYE BERRÍo
ESCENAS PINTORESCAS
DE COLOMBIA S.O. 176
PRESENTACIÓN
"Historias del Piano Colombiano" le da la bienvenia al concierto "Escenas Pintorescas de Colombia S.O. 176". Esta obra fue estrenada originalmente para orquesta sinfónica el 2 de septiembre de 1941 Medellín, en el teatro Junín (actual edificio Coltejer). La partitura de esta obra estuvo perdida durante más de 40años (desde los años 40 hasta los 80), hasta que el maestro Fernando "El Chino León re-estrenó en 1986 en Bogotá, en el centenario del nacimiento del maestro Calvo, haciendo una adaptación para orquesta típica colombiana. 33 años después, el 15 de diciembre de 2019, esta obra volvió a la vida, gracias a la grabación de la adaptación para orquesta típica del "Chino León" realizada en el teatro Camilo Torres de la Universidad de Antioquia, en alianza con el ensamble EnPúa. Ahora, 80 años después de su estreno, esta magna obra ha regresado. Esta vez en dos nuevas adaptaciones:
- Para cuarteto de cuerdas, realizada por el compositor colombiano, el maestro Julian Mauricio Tapias. Esta adaptación será estrenada por el ensamble ARCOB.
Para poder llevar a cabo este proyecto de recuperación, adaptación y puesta en escena, se contó con la inversión de cientos de horas de orquestación, de edición de partituras, de gestión, de montaje, y varios años de investigación. A este proyecto de recuperación de la obra del maestro Luis Antonio Calvo se han sumado, en los últimos dos años, más de 100 intérpretes de diferentes partes del país. Agrupaciones como el ensable EnPúa y el coro La Cantoría se han sumado con su colaboración; además, se ha contado con la valiosa participación de la intervención artística e investigativa del maestro Fernando "El Chino León" y los musicólogos Sergio Ospina y Luis Carlos Rodríguez.
Hoy, 15 de octubre de 2021, es un día que quedará plasmado en la historia de la música colombiana como el día en el que la obra cumbre del maestro Luis Antonio Calvo, "Escenas Pintorescas de Colombia", volverá a sonar una vez más en la tierra donde fue estrenada 80 años atrás.
descripción
por Luis Antonio Calvo
ESCENAS PINTORESCAS DE COLOMBIA es el título de la Fantasía que sobre motivos populares colombianos escribió el compositor Luis A. Calvo, cuya música descriptiva lleva la siguiente leyenda:
Se trata de un grupo de campesinos que a las 4:30 de la mañana, salen de su vereda en viaje de romería a Chiquinquirá, la ciudad de los milagros. Allá en el lejano horizonte asoma una rayita de luz que está simulada por la nota aguda y prolongada de los violines, en tanto que las flautas imitan el gorjeo de las aves y muy discretamente cantan un motivo autóctono. A medida que hay más luz en el horizonte, también hay más sonoridad, pues las violas y el clarinete con sus timbres característicos trazan un brochazo sobre ese amanecer que ya alegra la campiña y también el alma de los promeseros de esta Fantasía. Muy lejos se oye el canto del gallo al cuál reemplaza el oboe, y que es anuncio de que el primer rayo de sol ríe sobre los montes. El astro Rey es saludado con un Allegro fantástico en el que actúa toda la orquesta.
Comienza el día y la naturaleza toda eleva un himno de gratitud a Dios, el cual está representado por un Andante non troppo, que se inicia en los violines y tiene pretensiones de música sinfónica. Se oyen ahí motivos pastoriles dentro de los cuales surge de pronto el popular aire "Tiplecito de mi vida" del inolvidable Alejandro Wills. Terminados los motivos pastoriles toda la orquesta toma el primer tema del Andante en forma grandiosa, sublime, para finalizar luego con una reminiscencia del anterior motivo pastoril en Tempo Giusto, que ejecuta la flauta, y que después toman los violines para finalizar en un Morendo lentamente.
Son las nueve de la mañana y los promeseros siguen en su marcha contemplando a cada paso la magnificencia de la naturaleza, y entonces empieza un motivo popular que ejecuta el Fagot, que luego repite el clarinete y enseguida toda la orquesta. Este motivo se encadena luego con una canción típica que viene cantando una bella campesina, que con su cántaro baja de la loma a coger agua en el límpido arroyo. Los promeseros al oírla, llenos de entusiasmo, sacan a relucir sus tiples con los cuales van poniendo una nota de alegría en la vía; y es allí donde puede apreciarse la variedad de los motivos folklóricos. Allá van alegres y confiados, cuando se encuentran con un pastorcito que viene tocando el capador, cosa que simulan las flautas. Más adelante se encuentran con una recua de bestias cargadas, el camino es estrecho, y los promeseros dando vía libre se arriman al barranco, pero las cargas los alcanzan a rozar y les destemplan los tiples, y por esto se oyen voces de protesta. Nuevamente los promeseros, acordes, siguen su camino y, se acerca ya el mediodía, cuando de pronto se oye el Guatecano, del nunca bien lamentado artista Emilio Murillo, motivo que toman las flautas y repiten las trompetas, que va en un crescendo hasta que la orquesta con un fortísimo termina con una cadencia rota. Son las doce del día y los promeseros han llegado a un alto del camino; el violín hace una nota baja, y en una cadencia ascendente sube hasta terminar en una nota aguda; desde allí la toma el piano solo, bajando vertiginosamente en glissando con una escala hasta llegar a los graves del instrumento, imitando así la caída del agua de la cumbre a la cañada, por donde se desliza el río allá en lo hondo, a un lado del camino, en el paisaje, al río le bordean altas rocas. Más allá, en un rincón de la llanura, se divisa un rebaño de ovejitas blancas que guía un pastorcillo, y se le escucha cuando lanza al viento las notas tristes de su gaita, que armonizan el lejano rumor del río. Simulan ese detalle el clarinete, que reemplaza a la gaita, y el piano, cuyo trémolo en notas graves semeja el rumor del río.
Los promeseros hacen un alto (en el camino), porque se imponen unos momentos de descanso. Sacan su fiambre y se sientan a almorzar. Al otro lado del camino, allá en la lejanía se divisan las cúpulas del templo. El día es hermoso y todo el paisaje está inundado de luz, y la naturaleza vibrante de alegría canta a su creador. Óyese un Andante expresivo que el violín y el piano inician, y que luego secunda toda la orquesta en un momento sonoro, grandioso e impresionante. A continuación (se da paso a) un ballet en aire de Gavotta, muy gracioso, y que es el saludo de los promeseros a la ciudad de Chiquinquirá, que es la meta de sus anhelos, y dónde está el santuario de la madrecita que escuchara sus plegarias. Se preparan ya para continuar su viaje, cuando en la orquesta se oye un motivo terrígeno, muy melancólico, el cual traduce el dolor del indio que allá solito se quedó en el rancho. Vuelve de nuevo a oírse el rasgueo de los tiples en el Scherzando, que precede la segunda jornada en la que hay una gran variedad (sonora) de colorido folklórico. Nuestros promeseros se acercan más y más a la meta de su fé, tan significativa y bella por lo sencilla, como por lo espontánea, cuándo son sorprendidos de improviso con un lejano y alegre repique de campanas, el cual les hace sacudir o estremecer el corazón de alegría, sentimiento este que viene a traducirse en una desbordante sonoridad de tiples y panderetas, que engalanan a su vez la amorosa copla. Ya se acercan... Ya llegan... Y cuando traspasan los umbrales de la ciudad milagrosa, otro repique de campanas anuncia e invita a la oración. Es día de fiesta y de mucha animación; por las calles se oye el fragor de las gentes viajeras que se encaminan presurosas hacia el templo. Cesa el repique y una sola campana sigue sonando, y la orquesta calla. Se supone que los promeseros de nuestra Fantasía han entrado al santuario a postrarse ante la "Reina de Colombia". Por los fulgentes arcos ojivales, la lenta voz del órgano sonaba, - va muriendo el sol en los cristales- y la blanca nube de incienso a Dios volaba, y humildemente el pueblo repetía: Ave María.
Terminada la escena religiosa, la turba campesina sale del templo y toma parte en la fiesta popular.
El autor de la Fantasía que venimos describiendo, deja a los oyentes la libre expresión de sus conceptos, y las impresiones que les sugiera la parte musical que escucharán en la tarde de esa pintoresca fiesta, dónde toman parte varios grupos de romeros campesinos, pues allí se hace gala de aires y motivos regionales, cuya variedad cautiva, y hace recordar las tan celebradas romerías (tradicionales) que ponían un cuadro encantador, muy pintoresco, bajo el cielo colombiano, y que desgraciadamente han desaparecido a consecuencia del vértigo de la velocidad, y de lo que hoy llaman progreso. Cada vez más se supera la animación y la alegría va creciendo en esta fiesta de promeseros, cuando de pronto se escucha tocado por una banda pueblerina el motivo de nuestro himno nacional. Todos los corazones vibran de emoción y de entusiasmo, el cual es desbordante, porque en ese momento aparece en escena una pareja de campesinos, que vestidos con sus trajes característicos, cantan y bailan un bambuco, cuyas coplas dicen así:
1) son los cantos populares de Colombia lo mejor: son el trino de las aves cuando va saliendo el sol.
2) por el senderito alegre canta el agua, canta el sol; y esos cantos me parecen la más sublime oración.
3) cuándo voy de romería y oigo un tiple y un cantar, se me cuela una alegría que no acierto a descifrar.
4) A la Reina de Colombia le contaré mis penitas, unas son alguito grandes y otras no menos chiquitas.
5) son los cantos populares, de Colombia lo mejor; son el trino de las aves cuándo va muriendo el sol.
6) Al Guatecano cantar, mi negra en su delirio, siente ganas de besar a Don Emilio Murillo.
7) Esta fiesta se acabó, adiós mi Chiquinquirá; te prometo volver yo, tú virgencita a adorar.
8) Adiós mi linda virgencita, ahí te dejo el corazón, y de nuevo en mi ranchito nos darás tu bendición.
La romería toca a su fin; el sol se oculta en el poniente y va muriendo la tarde. A la salida de la ciudad, los promeseros que ya tristes y silenciosos toman el regreso a su vereda, van con una mirada en la que se refleja el amor y la esperanza, se despiden de su Reina. La orquesta en un Moderatto interpreta la agonía de la tarde; lloran los violines y gimen las flautas. Por las sendas solitarias se oyen llantos de cristales, y allá en el alto se escucha la voz de dos promeseros que muy tristemente cantan: AY... si la GUAVINA... Los timbales tremolan suavemente dormidos, bajo un calderón que precede el golpe final.
He dicho.
LUIS ANTONIO CALVO
Medellín, 1941
Concurso Indulana-Rosellón
maestros participantes
Lezlye Berrío
Pianista y director general
Pianista, docente e investigador colombiano, creador de Historias del piano colombiano. inició sus estudios con la maestra Teresita Gómez en la Universidad de Antioquia, donde se graduó como maestro en piano, con altas calificaciones y distinción especial, debutando como solista invitado con la Orquesta Filarmónica de Medellín. En 2003 fue becado por la Fundación Carolina de España, donde realizó un curso de postgrado y perfeccionamiento en el Conservatorio Superior de Música del Liceu de Barcelona, con Stanisllaus Pochekin. Ha sido ganador de múltiples premios a nivel nacional e internacional, como el concurso Nacional de Piano UIS, Colombia, (2000), el concurso Premis Tutto de COM Ràdio, Barcelona (2004), el concurso Internacional Rotary de Palma de Mallorca (2005), entre otros.
Actualmente, labora como maestro de cátedra en la Universidad de Antioquia, desde el 2012. Colabora con proyectos puntuales en la Universidad EAFIT y Universidad Nacional de Colombia (Bogotá); así mismo, trabaja en proyectos de investigación y profundización de la música colombiana, y en la creación de modelos que faciliten el aprendizaje e interpretación del sistema musical. En octubre de 2020 realizó la edición IV Festival Piano al Sur Beethoven-De Greiff en Itagui, Antioquia.
Andrés Gómez
Pianista invitado
Realiza una amplia actividad como solista, pianista acompañante y docente. Ha participado en varios festivales y congresos incluidos los festivales “Pianoforte” y “Clarineafit”, en la Universidad EAFIT, Women in Music Festival de la Universidad de Rochester, la International Music Conference del College Music Society en Buenos Aires, Argentina (2013) y en Suecia y Finlandia (2015), el XXXII Festival de piano de Bucaramanga (2015), entreo otros. Realizó sus estudios de pregrado en la Universidad EAFIT con las profesoras Lise Frank y Radostina Petkova. Hizo su maestría en la Eastern Michigan University con el doctor Joel Schoenhals y su doctorado en la Eastman School of Music con la maestra Rebecca Penneys. Durante su formación recibió clases con Blanca Uribe, Paulina Zamora, Jhon Milbauer, Nicola Melville, Michael Boyd, entre otros. En el 2005 fue acreedor de la beca de la fundación Carolina Oramas para sus estudios de doctorado. Actualmente es coordinador del área de piano de la Universidad EAFIT en donde da clases de interpretación de piano, música de cámara y piano colaborativo. Es fundador y director artístico de la Fundación Música de Cámara de Medellín, entidad dedicada a la difusión de este género en la ciudad. Desde el 2016 es profesor en residencia del Global Institute of Music en Richmond, Virginia.
Julian Tapias
Compositor, copista
Realizó sus primeros estudios musicales en violín en la Red de Escuelas de Música de Medellin, desde 2009 hasta 2017, donde recibió clases con los maestros Lina Garcés, Esteban Rojas, Alejandra González, Isabel Arango y Edgar Chamorro. En 2020 obtuvo su título de Maestro en Composición en la Universidad de Antioquia. Allí tomó clases con los maestros Johann Hasler, Bernardo Cardona, Carlos Toro, Jose Gallardo, Simón Castaño, Gerardo Giraldo y Juan David Osorio. Ha participado en diversos talleres de dirección sinfónica y coral con maestros de alta trayectoria, como Frank de Vuyst, Silvia Restrepo, Carlos Fernando López y Francisco Navarro Lara. También ha participado en talleres de pedagogía musical a nivel departamental, nacional e internacional. También se ha desempeñado como profesor de violín, concertino, director artístico coral e instrumental, y tallerista en diferentes instituciones, festivales y orquestas del país. Se ha desempeñado como profesor de iniciación musical bilingue para la primera infancia, violinista en la orquesta BIOR. Actualmente es estudiante de la maestría en Pedagogía Musical en la Universidad Internacional de la Rioja, y coordinador editorial, copista, adaptador y asistente de "Historias del Piano Colombiano".
ARCOB
Agrupación invitada
Conformado por un grupo de músicos que se unen para crear un espacio para el ejercicio de la Música de Cámara como actividad profesional en Colombia, siendo esta una oportunidad pertinente para la oferta musical y cultural. La labor musical del Ensamble ARCOB está sustentada principalmente en el trabajo de investigación y divulgación de la música académica Colombiana y el repertorio clásico universal, con el fin de realizar producciones de profundo valor artístico que contribuyan a la riqueza patrimonial de Medellín y del país.
El Ensamble ARCOB ha realizado numerosos conciertos y recitales, y ha participado en festivales de música en diferentes ciudades de Colombia. También ha llevado a cabo actividades pedagógicas para la formación de públicos y divulgación del repertorio de Música de Cámara, con conciertos didácticos, conciertos-conferencia y programas de radio, de los cuales destacan los trabajos hechos en la serie del programa Ensamble con la Emisora Radio Bolivariana.
CONCIERTO DEL
80° ANIVERSARIO
ESCENAS PINTORESCAS DE COLOMBIA
s.o. 176
Luis Antonio Calvo (1882-1945)
Adaptación para piano a 4 manos
Lezlye Berrío
Andrés Gómez / Piano
Lezlye Berrío / Piano
ESCENAS PINTORESCAS DE COLOMBIA
s.o. 176
Luis Antonio Calvo (1882-1945)
Adaptación para cuarteto de cuerdas frotadas
Julian Mauricio Tapias
Ensamble ARCOB
Juan Rodrigo Velásquez / Violín
Isabel Arango / Violín
Édison Acosta / Viola
Sergio González / Violonchelo
Este evento contó con la participación del trabajo profesional de
Agradecimientos especiales:
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